Carta de una maestra a sus estudiantes

09.03.2020

Torreón, Coahuila. | Valeria De la Cruz


Queridos alumnos/as:

El día de mañana no asistiré a clase porque anoche, al igual que hace un mes, un policía me detuvo a media noche en un retén para pedirme mi licencia y credencial. Me hizo algunas preguntas y al final, con cara disque coqueta, me preguntó "¿Me pasas tu whatsapp?" A lo cual obviamente dije que no. Insistió un poco y finalmente me dejó ir, no sin antes decirme "Ya vi por dónde vives". Él y sus compañeros empezaron a reír, y yo me fui, nerviosa; pensando que seguramente también vio dónde trabajo porque tengo mi corbatin puesto en el retrovisor.

Hace un mes sólo quedó en una broma (o una amenaza), pero, ¿qué tal si esta vez no se trata sólo de eso? ¿Qué tal si este policía intenta dar con mi casa esta vez? ¿Y si me encuentra? No creo que quiera simplemente salir conmigo al parque, invitarme a comer o algo por el estilo. ¿Y si me quiere forzar a hacer algo? ¿Y si me niego?... ¿Qué pasaría? ¿Llegaría a mi trabajo a dar clases mañana?... ¿Y a mi casa? ¿Volvería a ver a mis hermanos... a mis padres... a mi hijo?Pero yo no tendría la culpa. Yo no había bebido; tampoco usaba falda, ni un escote pronunciado... traía chamarra y un pantalón de mezclilla. ¿Mi error fue conducir a media noche? 


He escuchado comentarios de algunas mujeres en contra del movimiento #undiasinnosotras, diciendo que se exagera la situación del país. Y supongo que las entiendo. Supongo que es muy cómodo y muy fácil para ellas juzgar y criticar a las demás mujeres desde sus casas en Senderos, en Villas del Renacimiento o en la Hacienda el Rosario; o quizás desde sus trabajos en oficinas o universidades privadas, donde los protocolos de seguridad son más o menos estrictos; personas que no compran en cualquier tienda del centro, ¿por qué hacerlo cuando pueden comprar en un mall o en una plaza comercial?; mujeres que no salen con sus hijos/as a divertirse al Bosque o a la Alameda, porque para eso está el Club de San Isidro.


Supongo que ellas no sabrán lo que se siente caminar por un callejón oscuro y medio solo porque es el único camino que lleva a tu universidad; tener que estar volteando cada minuto para asegurarte de que sigues sola, o que el señor que viene atrás de ti sigue estando muy detrás. Tampoco sentirán la angustia de ver que el camión poco a poco se va vaciando, y que si no te bajas unas cuantas cuadras antes de tu destino entonces sólo quedarán el chofer, su compinche que te ha estado viendo de forma morbosa desde hace rato, y tú. No saben lo que es salir del gimnasio con tu hermanita en la tarde-noche, y tener que cambiar de acera y correr porque un señor viene detrás de ustedes diciéndoles cosas, y viene acelerando el paso como si quisiera alcanzarlas. 


También he escuchado hombres que dicen "a mí también me da miedo andar por las calles en las noches, a mí también me pueden asaltar y me pueden matar". También los comprendo. Y puedo decirles que, para ser sincera, a mí no me da miedo que me asalten o que me maten. Los objetos perdidos los puedo volver a comprar; y si me matan... a fin de cuentas yo ya no sentiré absolutamente nada.


A mí me da miedo que un desconocido venga y toque mi cuerpo con sus sucias manos... me da terror que me viole... me da pavor que me torture física y sexualmente, como lo han hecho con tantas niñas y mujeres en este país, hasta que finalmente las matan. Me da miedo ser una de esas 10 diarias. 


Me da miedo porque tengo un hijo de 3 años que me necesita; porque tengo hermanos y tengo padres que se verían afectados si algo me pasa. Me da miedo porque, como ustedes saben, soy una mujer que mide 1.60 metros, con "cara de jovencita", que se ve tierna y amable, y que tiene la fuerza de una niña de 7 años. Porque soy una mujer que se considera a sí misma una presa fácil para prácticamente cualquier hombre. 


Y es por eso que mañana yo no asistiré a darles clase; porque si las cosas no mejoran es muy probable que un día de estos yo pueda ser una de esas 10 diarias, y que no vuelva a darles clase jamás. 


-Valeria De la Cruz, 2020.


LO MÁS RECIENTE:


En esta segunda edición de Mercadito La Laguna, te presentamos a estos talentosos laguneros y su increíble trabajo. ¡Apóyalos y apóyanos!



¿Tienes alguna idea, columna, anuncio o sugerencia? 
Te escuchamos.


¡COMPÁRTENOS EN REDES SOCIALES! El Diario de Metal | Generación I 
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS 2020